* Prácticamente todos los ballets del siglo XIX son cuentos de amor. Y cuando digo cuentos digo cuentos de niños. Me extraña que no tengamos en repertorio la caperucita roja (que acaba enamorándose como lolita del cazador) o los tres cerditos (con la aparición de una bella cerdita de forma humana haciendo un formoso pas de deux con el lobo enternecido por el movimiento de las pestañas de la gorrina).
* El problema del ballet clásico es que cada vez las historias se van complicando más y acaban apabullándonos con librettos monstruosos de detalles (véase la hija del faraón o el corsario, donde cuando ya nos creíamos que todo estaba solucionado vuelven a cogerla y la tienen que volver a rescatar)
* Con el paso del tiempo los ballets se convierten en una especie de alfombra roja. Ir y venir de personajes que se cambian de ropa. A parte de las variaciones en solitario y los pas de deux prácticamente no hay más coreografía que la des espacio.
* Un pas de deux no siempre es de deux, a veces es de trois i a veces de un. También pueden bailar con cosas, lo cual trae un nuevo personaje en el pas de deux. Una nueva consternación por parte de la bailarina que no sólo tiene que ocuparse de mantener su equilibrio en el suelo y en manos de su pareja sino que también tiene que ocuparse de manejar un ramito de espiga o un soldadito de plomo.
* Los pas de deux de amor me parecen más que nada una total demostración de confianza. La bailarina en el pas de deux se pone totalmente a manos de su amado que puede hacer con ella lo que le da la gana, la sube la baja la lanza la gira.
* Por otro lado hay una demostración de poder por parte de la mujer en esos momentos de déjame sola que ahora hago un equilibrio. Attitude y suelto la manita a ver cuánto aguanto. Es como: 'yo también puedo sostenerme sola, pero como me gustas mucho vuélveme a coger y sigamos bailando juntos.'
* También observamos que en el pas de deux hay una definición perfecta de lo que sería la imagen de la mujer. La divinizada mujer inalcanzable del siglo que? Catorce, quince, dieciseis? Ahora no me acuerdo. La mujer de la divina comedia. La mujer de dante alighieri, que por no poder no puede ni nombrarse y no tiene ni nombre. La mujer que es descrita por la eteriedad de su persona y la rubiedad de sus cabellos de oro.
domingo, 18 de mayo de 2008
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