lunes, 19 de mayo de 2008

Sobre el pas de deux...

Sin duda es bonito destacar que lo que más se conserva intacto de los ballets son los pas de deux. De muchos ballets tales como Corsario, Paquita... lo que es fielmente más parecido al original (incluso a veces lo único original como en el caso de Paquita) es el pas de deux.

Además no tenemos conocimiento de ballet clásico de repertorio en el que no haya un pas de deux. Por lo tanto el pas de deux es en realidad la esencia del ballet clásico. La bailarina del siglo XIX es bailarina y es voladora porque tiene a un hombre fuerte que la carga. Y el bailarín es bailarín y es necesario siempre que tenga una bailarina a quien cargar.

Por eso elegimos hablar del pas de deux, porque los ballets se resumen en eso. El resto del ballet es un ir y venir de gente arriba y abajo ejecutando coreografías espaciales que tendrán fulgurantemente más interés cuando nazca Busby Berkeley y utilice la espacialidad y el cuerpo de baile para crear verdaderas coreografías de masas. Hasta entonces, des de platea, prácticamente sólo podremos ver gente que se cruza y entrecruza a veces ordenadamente y a veces aparentemente sin ordenar.

Asimismo, también hemos observado que cada ballet suele componerse de como mínimo dos pas a deux: uno en el primer acto y uno en el tercero o segundo en su defecto. Siendo normalmente el tercer acto el acto de desenlace siempre bello bonito barato de que se quieren y se casan delante de toda la corte, veremos en este desenlace un pas de deux grandioso, con grandes variaciones de ambos componentes de la pareja (la bailarina aprovechará este momento para hacer sus 32 fouettés). Esta sería la estructura prototípica de los pasos a dos en un ballet, estructura que vemos claramente en ballets como Paquita, la bella durmiente, Raymonda, la hija del faraón...

Se nos hace mucho más interesante, sin embargo o evidentemente, cuando esta estructura queda rota. Así pues queremos hacer una reflexión también sobre esos ballets que, aunque puedan ser de mayor o menor calidad al fin y al cabo, rompen la estructura tipicalizada del pas de deux.

Hemos observado por ejemplo, que en Corsario quien hace el gran pas de deux son Gulnara y el malvado Lankadem, en un pas de deux de desesperación por parte de la pobre chica que quiere huir pero debe bailar sin parar para agradar. El pas de deux de amor será ya en el segundo acto y no serán dos, sino tres. convirtiéndose eso en un ménage a trois estupendo de Medora con dos hombrazos como Conrad y Ali.

The Nutcracker también pasa un poco por encima de la típica estructura. Más que nada porque pasa de la estructura del ballet en general. Aunque plantea una historia definida y clara en la primera parte, se deshace de todos los personajes que nos parecían principales y dos extraños nuevo aparecidos bailarán el gran pas de deux. Hemos encontrado ahí, de todas formas, un pas de deux de dos chinitas que nos pareció extraordinario y queremos destacar: todo el rato sobre las puntas y con un cinturón que las ata a modo de hermanas siamesas. La verdad es que no sabemos muy bien si eso debe formar parte del repertorio original, pero a las dos nos hizo mucha gracia y nos parece bonito destacarlo, pues en su forma es de una originalidad dentro de la masificada tipificación del ballet clásico muy divertida.

Coppélia también se nos hace extraño en ese sentido. Queremos plantear la tesis (o la quiere plantear Tuixén) de que el pas de deux de amor en Coppélia lo hace ella solita. Coppélia parece un ballet de amigas. Me recuerda a Death Proof. O a Sexo en Nueva York. En el primer acto en algunas versiones, Swanilda bailará un poquito con su amante el baile de la espiga, pero está más atenta a la espiga y a lo que dicen sus amigas que a bailar con el tontaina de su novio. Entonces, eso no puede ser considerado un paso a dos de amor. Por otro lado, ya en casa del Doctor Coppélius, Swanilda hace una verdadera declaración de amor jugándose la vida ante el malvado para salvar a ese pamplinas con el que se tiene que casar. En mi opinión (Karol, me gustaría poder decir en nuestra opinión, pero como tu quieras) ése es el verdadero pas de deux de amor de Coppélia; el que Swanilda baila sola con intervenciones del Doctor Coppélius. El final de Coppélia es de todas formas, el arquetípico con su gran paso a dos.

No hay comentarios: